FLASHNEWS La leishmaniasis, desatendida pero investigada Este mes culmina un estudio en el Gorgas sobre un posible nuevo medicamento para esta enfermedad endémica en Panamá. 12 de enero de 2016 LA ESTRELLA DE PANAMÁ
Por Leila Nilipour

La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria que cada año presenta una

gran cantidad de casos en el país —hasta 6 mil, de los índices más altos en Centro América—.

 

Hay tres formas de esta enfermedad, transmitida por la picadura de una chitra, pero en Panamá la gran mayoría de pacientes presentan la de tipo cutánea.

 

‘Esencialmente, donde te pica la chitra se forma una úlcera que no sana’, explica el Dr. Néstor Sosa, director del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES), en donde históricamente se ha estudiado esta enfermedad. Este mes concluye la primera fase de un estudio que lleva a cabo el ICGES en conjunto con el Instituto Militar de Investigaciones Walter Reed de Estados Unidos. que contó con alrededor de 400 pacientes y que busca evaluar la eficacia de una crema como tratamiento para la enfermedad.

 

‘Tras darle seguimiento al último paciente, vamos a analizar la data’, indica el

investigador, agregando que los resultados se tendrán a mediados de este año. ‘Si observamos un alto índice de cura, muy probablemente tendremos la aprobación de la FDA y el medicamento se podrá mercadear’.

 

Actualmente el tratamiento que existe para la leishmaniasis no es fácil de administrar y tiene efectos adversos. ‘Requiere de unas inyecciones por más de 20 días’, señala el médico. ‘Además, produce dolores corporales y puede afectar el hígado, el corazón, el páncreas’.

 

Es decir que si los resultados indican que la crema es igual de efectiva o mejor

que las inyecciones, tendría la ventaja adicional de que no presenta efectos adversos y es más fácil de administrar.

 

CIENCIA PARA LOS POBRES

 

La mayoría de los casos que se presentan en Panamá ‘ocurren en áreas rurales, en poblaciones desprotegidas o grupos indígenas’, declara Azael Saldaña, investigador del ICGES. ‘Por eso entra dentro del grupo de enfermedades desatendidas’.

 

En octubre pasado, el Dr. Peter Jay Hotez, Decano de la Escuela Nacional de

Medicina Tropical en los Estados Unidos, ofreció una ponencia —durante el

aniversario de la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (APANAC)—, en la que enfatizó el impacto que tienen las enfermedades

tropicales desatendidas como la leishmaniasis en las economías de los

países en desarrollo.

 

‘Cada una de las personas que vive en la pobreza tiene una o más de estas

enfermedades’, declaró. ‘El problema es que no necesariamente son mortales,

pero tienen un gran impacto en el desarrollo económico’. A esto agregó que en Panamá existe una oportunidad única y un gran potencial para hacer ‘ciencia’ que beneficie a los pobres, siempre que se logre una mezcla de inversión tanto

pública como privada para la investigación.

 

¿QUÉ MÁS SE INVESTIGA DE LA ENFERMEDAD?

 

En el país se han llevado a cabo estudios sobre la leishmaniasis desde hace

más de 100 años. ‘Para los antiguos investigadores del ICGES, las chitras fueron objeto de estudios desde el primer reporte de leishmaniasis en 1910’, reporta la Dra. Anayansi Valderrama, entomóloga del ICGES.

 

Hoy en día un grupo de investigadores del ICGES sigue estudiando los

distintos aspectos de la enfermedad. Entre estos, la influencia de las alteraciones antropogénicas, los cambios del clima —incluyendo los efectos de fenómenos como El Niño y La Niña—, las fluctuaciones poblacionales antes, durante y después de un brote, el rol de los animales como reservorio (que alojan el parásito y pueden infectar a las chitras) y la prevalencia de chitras

infectadas con Leishmania.

 

‘La deforestación influye, pues las chitras se alimentan de la sangre de los animales silvestres’, recalca Saldaña. ‘Pero cuando se destruye el hábitat natural de estos vectores, puede hacer que se acerquen a donde están los

asentamientos humanos’.

 

Según el científico, en estos momentos se está llevando un proyecto con Senacyt, de colaboración internacional con la Universidad de Georgia, relacionado al tema de la deforestación y cómo influye en la abundancia y diversidad de los vectores y reservorios. ‘Con ella se trata de caracterizar a

los parásitos que infectan a estos animales’, ilustra.

 

Asimismo, otro proyecto evalúa a los animales domésticos, principalmente el

perro, como reservorio de leishmaniasis cutánea, lo cual es común en algunos

países de la región.

 

‘El año pasado publicamos un artículo en que se daba a conocer que los perros

efectivamente se infectan con Leishmania’, dilucida. ‘Aunque todavia hace falta mucho por estudiar para ver si es o no un reservorio, porque él puede infectarse, pero tal vez no sirve de fuente para infectar a las chitras’.

 

También se han estudiado animales silvestres, como los perezosos, la zarigüeya y la llamada ‘rata espinosa’, pero los resultados indican que el más eficiente como reservorio es el perezoso de dos uñas.

 

OTROS INVESTIGADORES

 

El Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT) también cuenta con un grupo dedicado al estudio de la leishmaniasis. Entre ellos, destacan el Dr. Ricardo Lleonart, que logró

decodificar el genoma completo de la Leishmania panamensis, la especie más

común en Panamá. Esto puede ayudar a identificar genes específicos al parásito local, que influyen en su comportamiento.

 

Por otro lado, Lleonart junto con la Dra. Patricia Llanes, están trabajando en armar un modelo animal. En otras palabras, un animal que ‘adquiera la enfermedad y manifieste los síntomas’.

 

La Dra. Carmenza Spadafora, también parte del equipo que estudia la enfermedad explica que lograr un modelo animal toma aproximadamente

dos años. ‘Ya Patricia tiene el modelo casi conseguido. En hamsters están

logrando ver una herida como de leishmaniasis en su pata’.

 

El modelo lo que permite es probar medicamentos. ‘Pero primero hay que analizarlo en cuanto a cómo es su perfil inmunológico cuando tiene una lesión’, precisa Spadafora. ‘Para cuando le apliques el medicamento veas cómo se afectan esos perfiles’.

 

Finalmente, el INDICASAT cuenta con el Centro de Biodiversidad y Descubrimiento de Drogas, que permite desarrollar tratamientos con base en productos naturales.

 

‘Tenemos el conocimiento para agarrar elementos de la naturaleza, extraer los

compuestos y probarlos primero in vitro’, puntualiza Spadafora. ‘Yo hago

pruebas en Leishmania donovani, y Patricia tiene la forma de hacerlo en Leishmania panamensis’.

 

‘Tenemos una magnífica herramienta creándose y evolucionando dentro del

centro para poder atacar la Leishmania en Panamá’, concluye la investigadora.

 

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‘Tenemos una magnífica herramienta creándose y evolucionando dentro del

centro para poder atacar la Leishmania en Panamá’

 

DRA. CARMENZA SPADAFORA INVESTIGADORA DEL INDICASAT

 

http://laestrella.com.pa/vidade-hoy/ciencia/leishmaniasisdesatendida-pero-investigada/23915350

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